Hoy os voy a hablar de las pruebas genéticas.
Quería averiguar qué sorpresas heredamos. Bueno, además del pasaporte rojo, claro. No es que soñara con envolverme en papel de aluminio y reasegurarme contra todo, pero al menos sería útil saber más o menos de dónde podrían venir los problemas.
Al principio lo miré con escepticismo. Pero luego la curiosidad y el descuento hicieron su trabajo. El test de Myheritage cuesta 36 dólares. El kit era como un clásico kit «covídico»: un palito para rascarse la boca, un vasito de líquido, bolsa de plástico, sobre de devolución y un montón de papeles aburridos.
Tres semanas después, me llega una notificación diciendo: "¡Te hemos descifrado! E incluso hemos encontrado a alguien 50% como tú. Lo más probable es que sea tu hija". Tranquilo, no es ningún culebrón: es que mi mujer y mi hija se hicieron las pruebas antes que yo. Al menos los resultados no se sacan al azar. Además, había parientes lejanos con nombres extraños de Austria, Alemania, Noruega y Polonia. Cuatro tíos, cinco tíos... en general, aquellos con los que tenemos tatarabuelos comunes. Ningún nombre familiar. Pero quién sabe, quizá con el tiempo haya un par de coincidencias más interesantes.
A continuación, lo útil. Informe de enfermedades genéticas. Ahora sé que en algún lugar de los arbustos, la diabetes está esperando, junto con problemas cardíacos y vasculares. No es único entre los humanos, pero es desagradable. La otra buena noticia es que no hay Alzheimer ni Parkinson precoces. Pero la aparición tardía no va a ninguna parte. Bueno... Pero con el gluten tengo paz y armonía completas, aunque me lo coma o me lo ponga por vía intravenosa. Gracias a mis antepasados agricultores. También puedes descargar tu transcripción de ADN a un archivo y subirlo a algún otro servicio para su análisis, por ejemplo en genotek - también el informe sobre enfermedades y parientes se puede pedir por separado y no necesitas enviar nada por segunda vez.
Y como extra conseguí un mapa del asentamiento ancestral. Y resultó que soy... ¡Letona! Parece inesperado, pero no contradice las historias de mi abuela sobre su tierra natal en algún lugar alrededor de Bryansk y Smolensk.